Actualmente, el sector del transporte consume más del 30% de la energía final española. Este gran consumo energético se basa en un 90% en los productos procedentes del petróleo, lo que provoca dos problemas: una gran dependencia energética exterior y una importante contaminación atmosférica debida a las emisiones de CO2.
Para reducir estos dos problemas en el sector de la automoción, la solución viene de la mano de dos modelos tecnológicos: el primero es el uso masivo de vehículos con tecnología eléctrica debido a su alta eficiencia reduciendo los 300 g CO2/km que emitimos con un vehículo convencional a 75 g CO2/km con el uso vehículos eléctricos puros de conexión a la red eléctrica actual. El segundo modelo tecnológico es la generación eléctrica procedente de fuentes autóctonas y renovables, como la energía eólica y la energía solar. Ambos modelos, por el contrario, nos producen otros problemas que limitan nuestra competitividad y desarrollo.
Por un lado, los vehículos eléctricos puros de baterías están limitados por la autonomía (<150 km) y por el tiempo de recarga de las baterías (> 1 hora), lo cual es viable para determinadas aplicaciones (entornos urbanos, vehículos ligeros etc), pero no lo es para otras (grandes desplazamientos, vehículos pesados y entornos interurbanos).
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Por otro lado, a día de hoy la gestión en la producción de electricidad de origen renovable como la eólica, es un gran reto para las empresas productoras o de la gestora de la red de transporte, debido a su impredecibilidad, intermitencia del recurso y a la reducida capacidad de inyección a la red eléctrica por falta de infraestructura existente o por la inflexibilidad para adaptarse a la curva de demanda de la red. Las tecnologías del hidrógeno se postulan como un modelo tecnológico basado en los modelos comentados solventando los problemas intrínsecos de cada modelo y por lo tanto el problema global (emisiones CO2) y nacional (dependencia energética) y es la solución en la que está trabajando actualmente la Fundación Hidrógeno Aragón.
Por un lado hemos desarrollado el proyecto ITHER basado en la producción de hidrógeno mediante energías renovables para posteriormente usarlo en automoción, consiguiendo así una gestión óptima de éstas energías. Paralelamente se ha trabajado en el diseño, dimensionado y construcción de un prototipo de vehículos especiales eléctricos basado en pila de combustible de hidrógeno, con el fin de conocer el comportamiento de dicha tecnología a escala real.
Como conclusión, vemos que la reducción de emisiones en transporte y la independencia energética ha de pasar por vehículos eléctricos donde la electricidad ha de proceder de las energías renovables, donde el hidrógeno será punto de encuentro para que sea una realidad competitiva.
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