Me encontraba el otro día viendo el enésimo episodio repetido de Forjado a Fuego (Forged in Fire) cuando, en el momento en el que a los jueces les tocaba elegir al concursante que debía abandonar la forja, observé la forma en la que evaluaban la actuación de cada herrero, y pensé, “vaya, este estilo sería perfecto para un tribunal de proyectos”.
En los años que llevo formando parte del Tribunal de Proyectos de varios programas de SEAS, y en mi andadura como alumno, siempre había pensado que “en todos los tribunales tiene que haber un Risto”. Personajes como Risto Mejide o Simon Cowell han hecho que la crítica agresiva, la ofensa y el ataque a los concursantes de los realities musicales en los que eran miembros del jurado, no solo se normalizaran, sino que se aplaudieran.
Frente a este estilo hiriente, agresivo y basado en la humillación gratuita de ciertos concursantes, tenemos al panel de jueces de Forjado a Fuego. Ben Abbot, David Baker y Doug Marcaida empatizan con el esfuerzo de los herreros y se esfuerzan por hacer que la experiencia de los estudiantes termine siendo más enriquecedora y menos intimidante. Y creo que cualquier miembro activo de un tribunal de proyectos debería tomar nota y adquirir estas seis enseñanzas:
Emitir feedback constructivo
Uno de los elementos más destacados de Forjado a Fuego es el feedback que brindan los jueces. Durante cada etapa de la competición, los participantes reciben comentarios detallados sobre su trabajo, con observaciones específicas tanto de lo que hicieron bien como de los aspectos de mejora. A pesar de que los jueces no dudan a la hora de señalar errores que podrían descalificar a los herreros, siempre lo hacen desde una perspectiva constructiva.
Enseñanza para el tribunal
Al evaluar un proyecto de fin de carrera, es esencial ofrecer feedback que guíe al alumno en su proceso de aprendizaje y crecimiento. En lugar de limitarse a señalar lo que está mal, los miembros del tribunal deben enfocarse en qué aspectos pueden fortalecer y cómo estos cambios mejorarán el proyecto en su conjunto. Esto motiva a los estudiantes y les brinda una perspectiva clara sobre cómo continuar su desarrollo profesional.
Reconocer los éxitos
En Forjado a Fuego, los jueces siempre destacan las buenas decisiones de cada herrero, reconociendo el esfuerzo y la dedicación detrás de cada creación. Esto no solo es un estímulo para el herrero, sino que ayuda a otros participantes a observar qué técnicas funcionan bien.
Enseñanza para el tribunal
El reconocimiento justo de los logros de cada proyecto es crucial para motivar a los alumnos. En un tribunal, es importante destacar los aspectos del proyecto que realmente funcionan. Esto genera un ambiente de evaluación positivo, en el que los estudiantes no solo aprenden de sus errores, sino también de sus éxitos, lo que fomenta una cultura de esfuerzo y excelencia.
Criterios claros y objetivos
Desde el comienzo, Forjado a Fuego establece claramente los criterios de evaluación. Los jueces explican cada desafío y las especificaciones que deben cumplir los productos finales. Esto permite que los herreros tengan un marco claro de lo que se valora y puedan ajustar sus técnicas en función de estos objetivos.
Enseñanza para el tribunal
Para los alumnos, conocer los criterios de evaluación desde el principio es fundamental. Los miembros del tribunal deben ser claros en cuanto a los parámetros y expectativas de los proyectos, indicando de manera explícita las habilidades, conocimientos y competencias que se valorarán. Esto no solo facilita la preparación del alumnado, sino que además refuerza la transparencia en el proceso de evaluación.
Flexibilidad para valorar la innovación
Aunque Forjado a Fuego tiene un conjunto de reglas específicas, los jueces también valoran la creatividad y la innovación, y saben reconocer el esfuerzo de los herreros por hacer algo nuevo y único. La habilidad para adaptar los desafíos técnicos al estilo propio del herrero es un aspecto que se tiene en cuenta y se valora positivamente.
Enseñanza para el tribunal
Un tribunal de proyectos debe reconocer la importancia de la creatividad y la originalidad en los trabajos de los alumnos, especialmente cuando estos proponen soluciones innovadoras. Valorar la creatividad permite que los estudiantes exploren enfoques poco convencionales y a veces arriesgados, a la vez que incentivan su capacidad de pensar de forma independiente y de proponer ideas que contribuyan al campo en el que están trabajando.
Evaluar la capacidad para adaptarse a la crítica
En el programa, los herreros se enfrentan a críticas que, aunque constructivas, pueden ser difíciles de asimilar, sobre todo después de haber invertido horas en un trabajo que resulta fallido. Sin embargo, los jueces siempre recalcan que estos errores son oportunidades de aprendizaje y desarrollo, y cada herrero suele terminar admitiendo que estas críticas son una oportunidad de adaptarse y mejorar.
Enseñanza para el tribunal
La capacidad de adaptarse y soportar las críticas es una competencia clave en la vida profesional. Al evaluar un proyecto, el tribunal puede incluir comentarios acerca de cómo el estudiante responde a la crítica, y proponer que adapten su proyecto en función del feedback recibido. Esto fomenta el desarrollo de una mentalidad abierta y flexible, en la que el estudiante no perciba la crítica como una amenaza, sino como una herramienta de crecimiento.
Enseñar la importancia del proceso
Finalmente, Forjado a Fuego pone un gran énfasis en el proceso, no solo en el arma final. Los jueces valoran cada paso, desde la selección del material hasta la forja, lo que permite entender el esfuerzo y la habilidad involucrados. Y, muchas veces, son estos aspectos los que deciden si el herrero “pasa el corte” o no.
Enseñanza para el tribunal
En un tribunal de evaluación, no solo debería valorarse el resultado final, sino también el proceso que ha seguido el alumno. Evaluar el proceso permite comprender mejor los obstáculos que el estudiante ha enfrentado y las decisiones que ha tomado para superarlos. Además, pone en valor las habilidades de organización, planificación y ejecución, tan importantes en cualquier ámbito profesional.
En definitiva, que, si eres miembro de un tribunal de proyectos, menos ejercer de Risto y más de Doug Marcaida. Hay que saber apreciar el esfuerzo, la innovación y el sacrificio. En cualquier caso, conviene aportar críticas constructivas y destacar lo positivo, porque siempre hay algo válido que destacar en el trabajo del alumno. Y, en los pasos previos a la evaluación, dejar claros los criterios que se van a seguir para esta valoración.
Si, llegados al final, podemos decirle al alumno eso de “su arma… mata”, pues mucho mejor, claro que sí.
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Licenciado en Filología Inglesa. Master en Traducción e Interpretación Inglesa. Máster en Marketing y Comunicación. Profesor en el área de idiomas en SEAS. Coordinador de los cursos del área de marketing digital, recursos humanos y protocolo. Puedes visitar su perfil en LinkedIn.