En cualquier empresa que utilice ordenadores, servidores o redes, es fundamental asegurarse de que todo funciona correctamente, que los datos están seguros y que no se están cometiendo errores que puedan derivar en pérdidas económicas o problemas legales. Para eso sirve una auditoría informática: un proceso que permite revisar, evaluar y mejorar el estado del sistema informático de una organización. ¡En este artículo de SEAS te contamos cómo hacerla!
Planificación
El primer paso de cualquier auditoría informática es la planificación. Aquí se define qué se va a revisar, por qué se hace la auditoría y cuál es el alcance: ordenadores, servidores, red, correo electrónico, copias de seguridad… Además, hay que decidir si la auditoría será interna o externa.
Durante esta fase también se recopila información básica: cuántos equipos hay, qué sistemas operativos utilizan, qué software está instalado, quién tiene acceso a qué y si existen políticas internas de seguridad. Esta información servirá de base para todo lo que viene después.
Pruebas
Una vez que tenemos claro qué vamos a revisar, llega el momento de hacer pruebas. Esto significa, por ejemplo, comprobar si los antivirus están activos y actualizados, si los sistemas operativos tienen los últimos parches de seguridad, si se hacen copias de seguridad de forma regular o si hay cuentas de usuario sin uso que deberían haberse eliminado.
También se puede revisar la red para detectar posibles accesos no autorizados, evaluar la velocidad y el rendimiento de los equipos y comprobar que las políticas de contraseñas sean adecuadas. No se trata solo de buscar errores, sino de entender cómo se está utilizando la tecnología y si hay puntos débiles que puedan suponer un riesgo.
Análisis
Con los resultados de las pruebas de la auditoría informática en la mano, pasamos a la fase de análisis. Aquí se interpreta toda la información recopilada para detectar patrones, carencias o malas prácticas. Por ejemplo, si vemos que varios empleados comparten la misma contraseña, eso es un riesgo de seguridad claro. Si comprobamos que los discos duros están casi llenos, eso puede derivar en fallos o pérdida de datos.
El análisis también ayuda a priorizar problemas. No todo requiere una solución urgente: algunos aspectos pueden corregirse a medio plazo, mientras que otros necesitan atención inmediata. Esta fase es clave para entender no solo lo que falla, sino por qué está fallando.
Recomendaciones
Por último, llega el momento de proponer soluciones. Las recomendaciones deben ser claras, prácticas y adaptadas al tipo de empresa. No tiene sentido sugerir grandes inversiones en seguridad si se trata de una pequeña oficina con tres ordenadores. Pero sí es importante, por ejemplo, establecer políticas de uso de contraseñas, activar los firewalls, realizar copias de seguridad automáticas o limitar el uso de software no autorizado.
Por supuesto, una buena auditoría informática no termina con un informe, sino con acciones concretas que mejoran la seguridad, el rendimiento y la fiabilidad del sistema. Porque cuando la tecnología funciona bien, la empresa también. Y si te atrae el mundo de la ciberseguridad, puede que te guste el Doble Máster en Seguridad y Aplicaciones Informáticas de SEAS. ¡Te va a encantar!
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