Energías renovables

Fachadas ventiladas, ventajas y desventajas de su uso

3 junio, 2020
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A la hora de construir un edificio o una estructura, existen distintas técnicas que pueden aportar mejoras al edificio y hacer más cómoda el día a día de las personas que van a vivir o a trabajar dentro. Una de estas técnicas que más numerosas ventajas y beneficios aporta a la construcción es el uso de fachadas ventiladas.

Qué es una fachada ventilada

Una fachada ventilada es una forma de construcción que se lleva a cabo en la parte más exterior del edificio, su fachada, y que cada vez se está haciendo más popular debido a varios motivos: ofrece numerosas posibilidades estéticas y a la vez aporta un aislamiento térmico y acústico superior al de otras formas de realizar las fachadas.

Por sus características, la fachada ventilada está considerada como el sistema más eficiente para llevar a cabo el cerramiento de los edificios. ¿Por qué es esto así? Todos los tipos de fachadas ventiladas se componen de un muro de soporte, un espacio compuesto por capa aislante y una última capa, la más externa, que trabaja como capa de revestimiento.

El objetivo que persigue esta fórmula es crear una cámara de aire ventilada y que permite el flujo de aire de un modo constante. De este modo se produce un ‘efecto chimenea’ que hace que invierno el aire caliente se mantenga dentro, para contribuir a calentar el interior del edificio, y en verano salga por la parte superior, evitando de este modo el sobrecalentamiento.

Beneficios de instalar una fachada ventilada

En suma, lo que aporta una fachada ventilada es un resultado más bonito y a la vez más eficiente, ya que las personas que viven o tiene comercios u oficinas en edificios que cuentan con este tipo de estructuras no deben hacer un uso excesivo de los sistemas de calefacción, algo que tiene una repercusión favorable en su factura de la luz.

Además, las fachadas ventiladas son más estables que otro tipo de instalaciones y se adapta mejor a los asentamientos de terreno o del propio edificio, con lo cual se reduce la presencia de grietas y fisuras. En resumen: necesitan menos mantenimiento y presentan una vida útil mucho más larga.

Instalación

El proceso de instalación de este tipo de fachadas es algo más laborioso que si se tratara de otras más sencillas, pero a la vez no supone un gran despliegue de medios ni un gasto mucho mayor de recursos.

En primer lugar se colocan unas escuadras metálicas a lo largo de toda la superficie de la fachada, que servirá para sujetar la parte externa. Sobre esta estructura se coloca el material aislante que creará la cámara de aire. Por último, resta instalar el material exterior de la fachada, que puede ser pizarra, gres porcelánico, ladrillo ornamental, entre otros.

Ahorro energético

El ahorro energético es uno de los grandes alicientes para decidirse por instalar una fachada de este tipo. La cámara de aire es un ‘climatizador’ natural que no supone un gasto de energía y que ayuda a que el interior del edificio no esté a expensas de los cambios de temperatura del exterior.

De ese modo, las personas que se encuentran dentro estará siempre más cerca de una temperatura óptima y no tendrán que hacer un uso exagerado de la calefacción en invierno y del aire acondicionado en verano.

Resistencia

Como ya se ha señalado, otro de los puntos a favor de las fachadas ventiladas es la gran resistencia que estas ofrecen al paso del tiempo y los cambios estructurales del edificio.

Estas fachadas están realizadas para durar y que la inversión sea mucho más rentable que la realizada con otro tipo de materiales y formas de construcción. Sin duda esto es uno de los motivos que ha convertido todos los tipos de fachadas ventiladas en las más utilizadas y valoradas del momento.

Estéticos

Finalmente, no hay que dejar de lado la estética. Hoy en día los edificios o casas ya no son solo un lugar digno en el que vivir, sino que los propietarios desean que sean estéticamente bellos y den una sensación de lujo, comodidad y modernidad desde su propia fachada.

Hay, en ese sentido, muchos tipos de fachadas ventiladas que cumplen con este criterio. Y es que este sistema permite una gran cantidad de acabados en diversos colores, texturas y materiales que pueden revolucionar completamente la imagen inicial de la estructura del edificio.

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  • Reply
    El Tumbaburros
    29 noviembre, 2023 at 2:56 am

    Como te has olvidado de los inconvenientes, te los cuento yo:

    -Cada anclaje de la estructura es un puente térmico.
    -Este sistema es usado por constructoras para ahorrar en mano de obra y material en trasdosados. Esto da lugar a cerramientos más finos y de peor calidad.
    -A menudo el aislamiento térmico es proyectado y de poco espesor. Se acaba pudriendo y tiene una esperanza de vida muy inferior a los aislamientos condenados o emparedados.
    -La estructura es, por lo general, endeble. Las buenas estructuras son caras y requieren una mano de obra especializada.
    -Siempre permiten el paso del agua, para eso son, el problema es que también expones las imperfecciones de fachada a la humedad o el contacto directo con el agua. Estas imperfecciones existen siempre. Es común la aparición de humedades en el interior de la vivienda.
    -El detalle constructivo de una fachada trasventilada no es compatible con sótanos. A menudo, el encuentro con la tierra no está bien ejecutado, se crea un puente térmico y una entrada de agua.
    -El sistema SATE, aunque generalmente más feo, es mucho más eficiente y fácil de mantener. Sus reparaciones también son más baratas. Esto si hablamos de eficiencia, aunque los dos sistemas son de lo peor constructivamente hablando.
    -La fachada ventilada, al igual que el SATE, se han puesto de moda con esto de las energías renovables, el ecologismo, la “passive House” etc… pero existen sistemas constructivos mucho mejores, igual o más eficientes, más duraderos, y de menor mantenimiento.

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