La eficiencia energética y el control preciso son clave en el mundo industrial, por lo que la electrónica de potencia juega un papel fundamental. Por ello, en este artículo de SEAS te contamos qué es exactamente y cómo se aplica en los motores utilizados en entornos industriales. ¡Sigue leyendo!
¿En qué consiste la electrónica de potencia?
La electrónica de potencia es una rama de la ingeniería que se encarga de transformar, controlar y gestionar la energía eléctrica mediante dispositivos electrónicos. Su objetivo principal es adaptar la forma en que la electricidad se entrega a una carga, en este caso, un motor, para que funcione de manera óptima según las condiciones de trabajo.
En lugar de tratar simplemente con señales de baja potencia, como ocurre en la electrónica tradicional, aquí hablamos de corrientes y tensiones elevadas. Por eso, se utilizan componentes específicos como tiristores, IGBT, MOSFET y diodos de potencia, capaces de soportar altos niveles de energía. Estos dispositivos permiten modificar parámetros como la tensión, la corriente o la frecuencia de la señal eléctrica, todo ello con gran rapidez y precisión.
Además, uno de los grandes beneficios de la electrónica de potencia es su capacidad para mejorar la eficiencia energética de los sistemas. Al regular con precisión la potencia que recibe un motor, se evita el consumo innecesario y se alarga la vida útil del equipo. Asimismo, permite introducir funciones avanzadas como el arranque suave, la frenada regenerativa o el control de velocidad variable, que son esenciales en muchas aplicaciones industriales.
¿Cómo se aplica la electrónica de potencia en los motores industriales?
En el ámbito industrial, la electrónica de potencia se utiliza para controlar motores eléctricos de forma eficiente, segura y flexible. Estas son algunas de sus aplicaciones más habituales:
- Arranque suave: evita picos de corriente y movimientos bruscos cuando el motor se pone en marcha, reduciendo el desgaste mecánico y el estrés eléctrico.
- Variadores de frecuencia (VFD): ajustan la velocidad de los motores asíncronos modificando la frecuencia de la alimentación eléctrica, lo que permite adaptar el rendimiento del motor a la carga real.
- Control de par motor: mediante técnicas electrónicas se puede mantener un par constante o adaptarlo según las necesidades del proceso, lo cual es crucial en aplicaciones como cintas transportadoras o grúas.
- Frenado regenerativo: permite recuperar parte de la energía del motor durante el frenado y devolverla a la red o reutilizarla, mejorando la eficiencia global del sistema.
- Protección frente a sobrecargas y fallos: los sistemas de electrónica de potencia pueden detectar condiciones anómalas y actuar para proteger tanto al motor como al resto de la instalación.
Como ves, la electrónica de potencia no solo está presente en los motores industriales, sino que es una pieza clave para que estos trabajen con precisión, ahorro energético y mayor fiabilidad. ¿Te interesa mucho este tema? Seguro que te gusta el Doble Máster en Automatización y Organización Industrial de SEAS. ¡Échale un ojo!
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